…lo que sí suplica Sumercé es que por nada del mundo se le quemen las manitas al Patrón, y que, quién quita, cualquier día amanezcamos gozando de buena memoria, para ser capaces de reclamar que no nos den tanto caramelo…
No sé si lo habrán notado pero aquí abajito, al lado derecho, hay un columna que Sumercé llama “Caramelo-Asuntos”, cuyo propósito es mantener vivos algunos sucesos que tenemos pendientes en la Jinca. Asuntos que, pese al escándalo que los precede, por obra y gracia del mare mágnum noticioso suelen desaparecer de la misma manera que se borra lo escrito en un tablero, sin dejar ni rastro. Mejor dicho, a los Caramelo-Asuntos les echan tierrita y, cuando menos pensamos, uno no sabe si en verdad ocurrieron o si hacen parte de la perversa imaginación de algún peón de la Jinca.
Aunque la lista de los Caramelo-Asuntos es larga, debería serlo mucho más. Si Sumercé fuera absolutamente rigurosa debería incluir preguntas como: ¿quién dio la orden de asesinar a Gaitán?, ¿quién hizo lo propio respecto a Galán, Jaime Pardo y otros miles de colombianos?, ¿dónde están los condenados por estos crímenes?, ¿qué pasó con Foncolpuertos, Chambacú, con el ex presidente de la Cámara de Representantes, Armando Pomárico Ramos y etc., etc.? Pero el etcétera sería interminable, por tanto la pinche columnita de aquí abajo no alcanzaría para mayor cosa. De ahí que Sumercé opte por seguirle la pista al caramelo que pretenden darnos respecto a algunos de los acontecimientos más recientes de la Hacienda Colombia, sólo a algunos.
Entre ellos hay dos que en los últimos días volvieron a ser noticia, aunque, ¿cómo no?, se ahogaron en el mare mágnum permanente de la Hacienda Colombia. Sin embargo, aquí trataremos de rescatarlos a ver si en algún momento llegan a un puerto opuesto al de Foncolpuertos.
Vamos por partes, como dice Hernando que diría Jack el Destripador. El primer asunto que nos dejó boquiabiertos, aunque fuera durante un par de segundos, se relaciona con Don Álvaro Araújo Noguera. El patriarca de Valledupar a quien, desde marzo de este año, la INTERPOL persigue por el mundo entero “por su presunta participación en el secuestro de un dirigente político del Cesar”.
A Don Álvaro lo acosa la justicia terrenal porque el Dr. Elías Guillermo Ochoa, cónsul en la ciudad de Barquisimeto de la hermana República de Venezuela, lo acusó de ser uno de los autores intelectuales del secuestro, con fines políticos, de su hermano Octavio Daza. Además de señalar a don Álvaro como autor intelectual de este delito, el cónsul también acusó a Álvarito Araújo Castro, hijo de don Álvaro y ex-senador detenido por el asuntico ese de la parapolítica. Pero ese es un lío que ammerita otra columna de Sumercé. Aquí lo importante es la historia del prófugo y su entrañable denunciante. Porque el cuento, hasta donde vamos, resulta increíble. Por lo menos así lo dejaron saber las noticias de estos días cuando se supo que el Dr. Elías Guillermo Ochoa, en su calidad de cónsul, expidió el pasado 18 de junio de 2007, un certificado de supervivencia al mismitico don Álvaro Araujo Noguera. El certificado, que normalmente lo expide una autoridad nacional con la presentación personal del interesado, lo requería don Álvaro para poder cobrar la pensión que le paga el Estado. Por tanto se asume que don Álvaro, prófugo de la justicia, se presento ante su denunciante para solicitarle que diera fe de que andaba vivito y coleando. y dijo no tener idea de que la INTERPOL perseguía al sujeto que él denunció.
Apenas se supo la historia, que el denunciante en su calidad de Cónsul expedía certificado de supervivencia al denunciado, el dottor Fernando Araújo, Canciller de esta República —que, valga la aclaración, no está emparentado con Don Araújo Noguera—, destituyó al Cónsul argumentando que lo mínimo que debió hacer era avisar a la justicia que allí, en Barquisimeto, estaba el señor que él denunció. Pero ¡qué va!, el Dr. Elías se defendió alegando que no tenía idea de que a Don Álvaro lo persiguiera la justicia. ¡¿?! ¿Entienden algo de este enredo? Y como si esto fuera poco el Dr. Ochoa, quien pese a la destitución dizque debe seguir en el cargo durante DOS MESES, manifestó que se sentía “… maltratado moralmente por el Canciller Araújo”.
Así fue como finalmente recibimos alguna noticia de este Caramelo-Asunto, pues desde marzo cuando la INTERPOL emitió una Circular Roja con la orden de capturar en cualquier lugar del mundo a Álvaro Araújo Noguera, lo único que habíamos sabido de él era lo dicho por la Conchi, su hija y ex canciller de esta Jinca, quien hace unos meses explicó que: …debido a los quebrantos de salud de su padre, Álvaro Araújo Noguera, éste no se someterá a la justicia que lo requiere por vínculos con el paramilitarismo, mientras no tenga prisión domiciliaria.
Vean pues señores, el Cónsul dolido por el maltrato del Canciller pero en su cargo, el prófugo con certificado de supervivencia pa' cobrar la pensión y, como si faltara algo más pa' ver cómo funciona el circo en la Hacienda, poniéndole condiciones a la justicia pa’ aparecer. ¿Si esto no es circo, qué será circo?
Claro, la noticia se esfumó rapidito para dar paso a los gloriosos escándalos nuestros de cada día, gracias a los cuales aquí no hay memoria de nada, lo que se llama nada, ¡bendito sea mi Dios!, porque si tuviéramos memoria otro gallo cantaría en la jinca.
Entonces llegó el nuevo noticiononón. El viernes 6 de julio se supo de la nueva Orden de captura contra Jorge Noguera, ex director del DAS, acusado de presuntos vínculos con el paramilitarismo y de concierto para delinquir. Con Noguera (que hasta donde sabe Sumercé no es pariente de Don Álvaro) ha pasado de todo, todito todo. Fue nombrado director del DAS por nuestro bien amado Patrón, de allí salió asediado por un escándalo ni el macho relacionado con la parapolítica, con denuncias sobre infiltración de Paramilitares en la institución. Salida que el bien amado Patrón premió nombrándolo Cónsul en Milán (esto de los consulados parece una manía en la jinca). Además, como correspondía, el Patrón (único responsable de haberlo nombrado en el DAS) lo ha defendido a diestra y siniestra, asegurando que es un buen hombre, honorable, que su familia es un encanto, que el muchacho nada que ver con los señalamientos que le hacen y que, si es necesario, pone las manos en le fuego por él. Ay, pobre sacrificado Patrón, las cosas que le toca sufrir por culpa de otros que no aman a la paaaaaatria tanto como él.
Primero don Jorge salió de Milán y se fue pa Estados Unidos o Cánada y dijo que no tenía plata pa venir a ponerle la cara a la justicia. Aquí esperamos hasta que finalmente el Patrón le dijo, no mijito, usted tiene que venir. Y, pues sí, como que consiguió la platica y pudo regresar a la paaatria, donde a la cárcel fue a parar. Eso sucedió en febrero. Un mes estuvo allí. Su abogado alegó, además de la absoluta inocencia de su defendido, que se había cometido un error de procedimiento y que, como diría Pachito, patatín patatán hasta que salió. Pero como logró la libertad por el tal error que consistía en que la orden de captura debía dictarla el Fiscal General y no el Vice- Fiscal, si la memoria de Sumercé no falla, se dijo que en cuestión de horas, días, volvía a prisión porque el Fiscal General dictaría la orden de captura de inmediato.
Pero ¡qué va! Pasaron un día, dos, una semana, otra y sólo ahora, casi tres meses después llegó la orden dictada por el Fiscal General. Mejor dicho, lo que se suponía ocurriría de inmediato sucedió aunque no tan de inmediato. Y patatín patatán, porque ahora quién sabe que irá a pasar con este par de Caramelo-Asuntos. Por lo pronto, asume Sumercé, Don Álvaro Araújo podrá cobrar su pensión, Don Elías Ochoa seguirá destituido pero ejerciendo como Cónsul en Barquisimeto y Don Jorge Noguera permanecerá recluido mientras logra demostrar su inocencia o le dan el chancecito, junto al otro Noguera, de tener su casa por cárcel.
En todo caso lo que sí suplica Sumercé es que por nada del mundo se le quemen las manitasal Patrón y que, quién quita, cualquier día amanezcamos gozando de buena memoria, para ser capaces de reclamar que no nos den tanto caramelo…
¿Y el resto de Caramelo- Asuntos? Bien, gracias…
Aunque la lista de los Caramelo-Asuntos es larga, debería serlo mucho más. Si Sumercé fuera absolutamente rigurosa debería incluir preguntas como: ¿quién dio la orden de asesinar a Gaitán?, ¿quién hizo lo propio respecto a Galán, Jaime Pardo y otros miles de colombianos?, ¿dónde están los condenados por estos crímenes?, ¿qué pasó con Foncolpuertos, Chambacú, con el ex presidente de la Cámara de Representantes, Armando Pomárico Ramos y etc., etc.? Pero el etcétera sería interminable, por tanto la pinche columnita de aquí abajo no alcanzaría para mayor cosa. De ahí que Sumercé opte por seguirle la pista al caramelo que pretenden darnos respecto a algunos de los acontecimientos más recientes de la Hacienda Colombia, sólo a algunos.
Entre ellos hay dos que en los últimos días volvieron a ser noticia, aunque, ¿cómo no?, se ahogaron en el mare mágnum permanente de la Hacienda Colombia. Sin embargo, aquí trataremos de rescatarlos a ver si en algún momento llegan a un puerto opuesto al de Foncolpuertos.
Vamos por partes, como dice Hernando que diría Jack el Destripador. El primer asunto que nos dejó boquiabiertos, aunque fuera durante un par de segundos, se relaciona con Don Álvaro Araújo Noguera. El patriarca de Valledupar a quien, desde marzo de este año, la INTERPOL persigue por el mundo entero “por su presunta participación en el secuestro de un dirigente político del Cesar”.
A Don Álvaro lo acosa la justicia terrenal porque el Dr. Elías Guillermo Ochoa, cónsul en la ciudad de Barquisimeto de la hermana República de Venezuela, lo acusó de ser uno de los autores intelectuales del secuestro, con fines políticos, de su hermano Octavio Daza. Además de señalar a don Álvaro como autor intelectual de este delito, el cónsul también acusó a Álvarito Araújo Castro, hijo de don Álvaro y ex-senador detenido por el asuntico ese de la parapolítica. Pero ese es un lío que ammerita otra columna de Sumercé. Aquí lo importante es la historia del prófugo y su entrañable denunciante. Porque el cuento, hasta donde vamos, resulta increíble. Por lo menos así lo dejaron saber las noticias de estos días cuando se supo que el Dr. Elías Guillermo Ochoa, en su calidad de cónsul, expidió el pasado 18 de junio de 2007, un certificado de supervivencia al mismitico don Álvaro Araujo Noguera. El certificado, que normalmente lo expide una autoridad nacional con la presentación personal del interesado, lo requería don Álvaro para poder cobrar la pensión que le paga el Estado. Por tanto se asume que don Álvaro, prófugo de la justicia, se presento ante su denunciante para solicitarle que diera fe de que andaba vivito y coleando. y dijo no tener idea de que la INTERPOL perseguía al sujeto que él denunció.
Apenas se supo la historia, que el denunciante en su calidad de Cónsul expedía certificado de supervivencia al denunciado, el dottor Fernando Araújo, Canciller de esta República —que, valga la aclaración, no está emparentado con Don Araújo Noguera—, destituyó al Cónsul argumentando que lo mínimo que debió hacer era avisar a la justicia que allí, en Barquisimeto, estaba el señor que él denunció. Pero ¡qué va!, el Dr. Elías se defendió alegando que no tenía idea de que a Don Álvaro lo persiguiera la justicia. ¡¿?! ¿Entienden algo de este enredo? Y como si esto fuera poco el Dr. Ochoa, quien pese a la destitución dizque debe seguir en el cargo durante DOS MESES, manifestó que se sentía “… maltratado moralmente por el Canciller Araújo”.
Así fue como finalmente recibimos alguna noticia de este Caramelo-Asunto, pues desde marzo cuando la INTERPOL emitió una Circular Roja con la orden de capturar en cualquier lugar del mundo a Álvaro Araújo Noguera, lo único que habíamos sabido de él era lo dicho por la Conchi, su hija y ex canciller de esta Jinca, quien hace unos meses explicó que: …debido a los quebrantos de salud de su padre, Álvaro Araújo Noguera, éste no se someterá a la justicia que lo requiere por vínculos con el paramilitarismo, mientras no tenga prisión domiciliaria.
Vean pues señores, el Cónsul dolido por el maltrato del Canciller pero en su cargo, el prófugo con certificado de supervivencia pa' cobrar la pensión y, como si faltara algo más pa' ver cómo funciona el circo en la Hacienda, poniéndole condiciones a la justicia pa’ aparecer. ¿Si esto no es circo, qué será circo?
Claro, la noticia se esfumó rapidito para dar paso a los gloriosos escándalos nuestros de cada día, gracias a los cuales aquí no hay memoria de nada, lo que se llama nada, ¡bendito sea mi Dios!, porque si tuviéramos memoria otro gallo cantaría en la jinca.
Entonces llegó el nuevo noticiononón. El viernes 6 de julio se supo de la nueva Orden de captura contra Jorge Noguera, ex director del DAS, acusado de presuntos vínculos con el paramilitarismo y de concierto para delinquir. Con Noguera (que hasta donde sabe Sumercé no es pariente de Don Álvaro) ha pasado de todo, todito todo. Fue nombrado director del DAS por nuestro bien amado Patrón, de allí salió asediado por un escándalo ni el macho relacionado con la parapolítica, con denuncias sobre infiltración de Paramilitares en la institución. Salida que el bien amado Patrón premió nombrándolo Cónsul en Milán (esto de los consulados parece una manía en la jinca). Además, como correspondía, el Patrón (único responsable de haberlo nombrado en el DAS) lo ha defendido a diestra y siniestra, asegurando que es un buen hombre, honorable, que su familia es un encanto, que el muchacho nada que ver con los señalamientos que le hacen y que, si es necesario, pone las manos en le fuego por él. Ay, pobre sacrificado Patrón, las cosas que le toca sufrir por culpa de otros que no aman a la paaaaaatria tanto como él.
Primero don Jorge salió de Milán y se fue pa Estados Unidos o Cánada y dijo que no tenía plata pa venir a ponerle la cara a la justicia. Aquí esperamos hasta que finalmente el Patrón le dijo, no mijito, usted tiene que venir. Y, pues sí, como que consiguió la platica y pudo regresar a la paaatria, donde a la cárcel fue a parar. Eso sucedió en febrero. Un mes estuvo allí. Su abogado alegó, además de la absoluta inocencia de su defendido, que se había cometido un error de procedimiento y que, como diría Pachito, patatín patatán hasta que salió. Pero como logró la libertad por el tal error que consistía en que la orden de captura debía dictarla el Fiscal General y no el Vice- Fiscal, si la memoria de Sumercé no falla, se dijo que en cuestión de horas, días, volvía a prisión porque el Fiscal General dictaría la orden de captura de inmediato.
Pero ¡qué va! Pasaron un día, dos, una semana, otra y sólo ahora, casi tres meses después llegó la orden dictada por el Fiscal General. Mejor dicho, lo que se suponía ocurriría de inmediato sucedió aunque no tan de inmediato. Y patatín patatán, porque ahora quién sabe que irá a pasar con este par de Caramelo-Asuntos. Por lo pronto, asume Sumercé, Don Álvaro Araújo podrá cobrar su pensión, Don Elías Ochoa seguirá destituido pero ejerciendo como Cónsul en Barquisimeto y Don Jorge Noguera permanecerá recluido mientras logra demostrar su inocencia o le dan el chancecito, junto al otro Noguera, de tener su casa por cárcel.
En todo caso lo que sí suplica Sumercé es que por nada del mundo se le quemen las manitasal Patrón y que, quién quita, cualquier día amanezcamos gozando de buena memoria, para ser capaces de reclamar que no nos den tanto caramelo…
¿Y el resto de Caramelo- Asuntos? Bien, gracias…
2 comentarios:
Como es costumbre tus escritos muy interesantes, que te puedo decir.......... A ver si te damos una manito con la Interpol . Ja Ja. Besos tu panita la JU...
Mi querida sumercé, como siempre es un placer leer con agrado (pero por lo bien escritas, más que por las buenas noticias), la página de su artículo.
Sólo quería añadir que pa remate nuestro distinguido consul en barquisimento no sólo le dió la certificación al Doctor Araujo, si no que según él, nunca se reunió con Araujo sino que verificó que el padre de la Conchi estaba vivo por que le reconoció por teléfono la voz, es decir el cónsul dio un salto innovador en la tramitación de esa clase de documentos. Imagínese la platica que la gente se ahorraría en transporte y en filas si se adoptara en otras partes, este tipo de prácticas.
G
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