Que en la Jinca NO HAY CONFLICTO ARMADO INTERNO, eso ha dicho el patrón desde hace años y no hay quién lo convenza de lo contrario. Bueno, convencerlo a él sería lo de menos si sus seguidores (cerca de un 60% de la población) consideraran, al ver, oír o leer cualquier noticia en los medios de comunicación nacional que, "…caramba, es como raro afirmar que no hay conflicto, cuando a diario se registran enfrentamientos con grupos armados organizados al margen de la ley, cuando el secuestro sigue tan campante, cuando el mismitico Patrón dice que se necesita más presupuesto pa' la fuerza pública porque enfrentan una lucha ni la tenaz con esos grupitos…". Pero, ¡qué va!, ni esperanzas de que esta reflexión cruce por la entendedera del pueblo.
Si el Patrón dice que no Hay Conflicto, pues no hay y punto. Quienes digan lo contrario son unos apátridas y punto, punto.
Definitivamente el Patrón pa lo de confundir es un genio. Si no le creen a Sumercé recuerden con la cara de dolor intenso que le dijo al profesor Moncayo (ese hombre que por culpa de un conflicto que no existe recorrió más de mil kilómetros de esta pacífica tierra, a ver si en este remanso de paz se hace algo por los secuestrados que, como su hijo, pronto cumplirán hasta 10 años condenados al olvido), en fin que el Patrón le dijo "yo, como padre, entiendo su dolor".
¿Entiende? ¿Como padre? ¡Imposible! Si fuera cierto el hijo del señor Moncayo hace años estaría libre. Mejor dicho, todo lo que estuviera en manos del Patrón se habría hecho pa' que los Moncayo y las otras miles de familias que esperan a sus seres queridos se encontraran reunidos, como Dios manda, en un país donde no hay conflicto. O, bueno, digamos que sí entiende como padre, pero que… es justamente ese tipo de padre (tipo Patrón) el que nadie quisiera tener.
Por lo menos Sumercé se quedaría con el otro, el Moncayo, que lloraba mientras observaba cómo el comprensivo Patrón retaba a grito pelado a las personas congregadas en la Plaza de Bolívar a que "vengan, vengan, con argumentos, vengan y debatan con argumentos…". (¡Cómo si fuera posible argumentarle al dueño del micrófono!) Sí, Sumercé se quedaría con el humilde Moncayo que, en silencio y pasito a pasito, dejó al Patrón solo dando alaridos al pueblo y repitiendo, como padre, lo entiendo, pero no puedo hacer nada.
Es que también Moncayo, venir a pedirle al Patrón de una Jinca en la que no hay conflicto que haga algo para facilitar un acuerdo humanitario que devuelva a los secuestrados a sus hogares, eso no tiene ni pies ni cabeza. No ve que aquí no hay conflicto y si no hay conficto no hay secuestrados, no hay desplazados, no hay pelotera interna, entonces… ¿qué más puede hacer el Patrón? Decirle que como padre lo entiende y nada más. ¿Qué va a arreglar si no hay nada para arreglar?
Si el Patrón dice que no Hay Conflicto, pues no hay y punto. Quienes digan lo contrario son unos apátridas y punto, punto.
Definitivamente el Patrón pa lo de confundir es un genio. Si no le creen a Sumercé recuerden con la cara de dolor intenso que le dijo al profesor Moncayo (ese hombre que por culpa de un conflicto que no existe recorrió más de mil kilómetros de esta pacífica tierra, a ver si en este remanso de paz se hace algo por los secuestrados que, como su hijo, pronto cumplirán hasta 10 años condenados al olvido), en fin que el Patrón le dijo "yo, como padre, entiendo su dolor".
¿Entiende? ¿Como padre? ¡Imposible! Si fuera cierto el hijo del señor Moncayo hace años estaría libre. Mejor dicho, todo lo que estuviera en manos del Patrón se habría hecho pa' que los Moncayo y las otras miles de familias que esperan a sus seres queridos se encontraran reunidos, como Dios manda, en un país donde no hay conflicto. O, bueno, digamos que sí entiende como padre, pero que… es justamente ese tipo de padre (tipo Patrón) el que nadie quisiera tener.
Por lo menos Sumercé se quedaría con el otro, el Moncayo, que lloraba mientras observaba cómo el comprensivo Patrón retaba a grito pelado a las personas congregadas en la Plaza de Bolívar a que "vengan, vengan, con argumentos, vengan y debatan con argumentos…". (¡Cómo si fuera posible argumentarle al dueño del micrófono!) Sí, Sumercé se quedaría con el humilde Moncayo que, en silencio y pasito a pasito, dejó al Patrón solo dando alaridos al pueblo y repitiendo, como padre, lo entiendo, pero no puedo hacer nada.
Es que también Moncayo, venir a pedirle al Patrón de una Jinca en la que no hay conflicto que haga algo para facilitar un acuerdo humanitario que devuelva a los secuestrados a sus hogares, eso no tiene ni pies ni cabeza. No ve que aquí no hay conflicto y si no hay conficto no hay secuestrados, no hay desplazados, no hay pelotera interna, entonces… ¿qué más puede hacer el Patrón? Decirle que como padre lo entiende y nada más. ¿Qué va a arreglar si no hay nada para arreglar?
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