miércoles, julio 09, 2008

¿Qué creer?

Después vino la aparición del Ministro de Protección Social, Diego Palacios,
en las escalinatas de Palacio con el Patrón en su faceta de maestro de ceremonias
dirigiendo la intervención del ministro de Proteción Social
(uno de los acusados por Yidis de haberle ofrecido cositas)



Una de las cosas más complicadas de vivir en la jinca es que las noticias no paran. No dan respiro. Sumercé lo ha dicho muchas veces, pero es que no hay caso el frenesí noticioso la atortola. La semana pasada, por ejemplo, estábamos a la expectativa de la bronca del Patrón con la Corte Suprema de Justicia, ¿se acuerdan?, del rollo ese cuando la Corte condenó a Yidis por Cohecho y aquí se rasgaron las vestiduras.

Esa misma noche el Patrón salió diciendo que la condena era el colmo. Que la sala penal había desestimado pruebas sobre la clase de personita que era Yidis. Que la Sala Penal aplicaba justicia selectiva. Que él, el santo Patrón, en cambio había ejercido el poder con amor y que, para resumir, pues iba a hacer un referendo con el que se buscaría repetir las elecciones de 2002. Con eso se garantizaría que él, obvio, era el Patrón que la mayoría quería en la jinca. Por tanto iba a convocar al honorable Congreso nuestro, que tiene más de 60 miembros vinculados a la parapolítica, para que ese congresito, como le corresponde, aprobará la realización del referendo.



Congresito en el que, por si fuera poco lo de la para-investigación, no pasó una reforma política con la cual se castigaba a los para-congresistas con la pérdida de su curul. Y no pasó, entre otras, porque desde las altas esferas del patronazgo se ordenó que no. Que esa no la aprobaran. Hecho que en nada debería sorprendernos porque ya antes cuando los investigados le preguntaron al Patrón qué hacían mientras les resolvían la situa jurídica, este dio una clara orientación: ¡Pues votar! Votar los proyectos de su jefecito. ¡Eso qué!… para votar es que los tenemos. Y así lo hicieron, independientemente de que después de votar-aprobar los proyectos del gobierno fueran a parar a la Picota. No los proyectos, sino los Honorables Congresistas, que no es lo mismo pero da igual.

Después vino la aparición del Ministro de Protección Social, Diego Palacios, en las escalinatas de Palacio con el Patrón en su faceta de maestro de ceremonias dirigiendo la intervención del ministro de Proteción Social (uno de los acusados por Yidis de haberle ofrecido cositas). Ah, pero eso sí fue un banquete! El ministro medio hablaba y el Patrón le arrebataba el micrófono, le dirigía la intervención y por último como si estuviera con un niño chiquito, pues le quitó el micrófono, ¿cuál es el problema?

Y además, ya dueño absoluto del micrófono, dijo "La Corte no tiene con qué demostrar que es verdad", refiriéndose a algunas pruebas aceptadas po la Corte. Según lo cual, cree entender Sumercé, pues la Corte está integrada por una mano de bobitos que no han entendido qué es una "prueba" y qué es un vulgar "chisme", Ay, pobre país este. Sin embargo eso no fue nada comparada con la última perla que lanzó: recordó que el querido Mancuso había dicho que la Corte estaba permeada por los paras y se preguntó justo en ese instante cuando se conocía la condena de Yidis por "cohecho propio" (que quiere decir que alguien del gobierno le ofreció y ella aceptó algo para aprobar un asuntico de interés de quien ofrecía y etc., etc.) nuestro maestro-de-ceremonias-patrón se preguntó: ¿por qué no se ha investigado la denuncia de Mancuso sobre la infiltración de la Corte por los paras? ¿Por qué?.

Sin embargo el patrón, que tan oportunamente recordaba y daba validez a las declaraciones de doctor don Mancuso, olvidó mencionar que Mancuso también señaló, más de una vez, a Francisco Santos de haber hablado con él y de haberle dicho, vaya uno a saber si entre chiste y chanza porque como él es tan chistoso, que por qué no creaban el Bloque Capital de las Autodefensas. Eso no lo recordó. Y eso, hasta donde sabe Sumercé no se ha investigado, a pesar de que se trata del vice del Patrón.



Ah, y tampoco habló de Tasmania. El famoso Tasmania al que una vez tuvimos que creerle que un magistrado de la Corte lo estaba presionando para involucrar al Patrón en la parapólitica. Tuvimos que creerle porque el Patrón, indignado, nos dijo que había recibido una carta de Tasmania, preso en una cárcel clombiana pero capaz de hacerle llegar una carta al presidente de un día pa otro, carta en la que denunciaba la presión de un magistrado para que declarara dijera algo en contra del Patrón. Y, claro, le creímos que el magistrado era un tramposo y doctor don Tasmania un alma de Dios. Porque si el Patrón le creía, ¿nosotros por qué no? Pero ahora que el mismo Tasmania salió diciendo que eso era un montaje, que era mentira que a él lo habían obligado a decir eso del magistrado, pues resulta que no debemos creerle. ¿Por qué? Pues porque se trata de un delincuente!! Así nos lo explicaron desde la Casa Grande y que uno a los delincuentes no le cree.

Ay, no, por eso es que Sumercé ya no entiende nada. Se pregunta: entonces al fin qué, vale el testimonio de Tasmania cuando denuncia presiones para hacer quedar mal al Patrón, o vale la declaración de Tasmania cuando dice que era mentira el cuento de las presiones? ¿Vale la Corte cuando está de acuerdo con el gobierno, vale la declaración de Mancuso cuando dice que la Corte está infiltrada por los paras y no vale cuando se trata de Pachito?

¿Al fin qué se pregunta Sumercé? ¿Qué palabra y cuándo vale? Será que algún alma caritativa puede aclararle a Sumercé cuándo es que sí y cuándo no valen estas declaraciones.

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Nota: No crean que no me he enterado de la superproducción de Ingrid, los gringos y los soldaditos anónimos, pero hay tanta gente hablando de eso que, por el momento, Sumercé ¿pa qué opina?

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