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Por estos días se ha puesto en evidencia que ser colombiano es una desgracia contra la que no parece existir cura, sortilegio, contra o brujería que funcione.
Para comenzar por el solo hecho de haber nacido en Colombia uno, sin más ni más, es "compatriota" de muuchos indeseables. ¿Díganme si eso es o no una desgracia? Ser compatriota es algo así como tener un vínculo de sangre, de a goticas o en chorro, pero vínculo que, pase lo que pase sobrevivirá. Usted siempre será compatriota de esas personas, su mamá (si nació en Colombia) también, igual que sus hermanos, tíos, primos o abuelos. No importa lo que opinen de ella, son hermanos territoriales hasta la hora de la muerte y, de haber vida más allá de la muerte, seguirán/mos siendo compatriotas. No hay nada que hacer.
Entre otras cosas, por si no lo ha notado, se tiene el ingrato honor de ser compatriota de todos los congresistas acusados de paramilitarismo que a esta hora pagan condenas, son perseguidos por la justicia, vuelven a ser acusados de nuevos delitos o… sencillamente se apoltronan en las sillas del Congreso con la cabeza puesta en los negocios que desde allí podrá fabricar en beneficio propio.
¡Eso es una desgracia! Porque como si fuera poco tener que ser compatriota de estos señores y señoras, ellos son nuestros representantes, nuestros voceros en el Congreso de la República.
Pero la desgracia apenas asoma en el par de ejemplos citados, todavía quedan situaciones peores. Por ejemplo, uno, por el sólo hecho de haber nacido en "Colombia tierra querida…" tiene como representante y jefe máximo del gobierno a un compatriota que habla hasta por los codos, le encanta salir en televisión y se ha vuelto tema de conversación de la intimidad familiar… ¡no hay derecho!
Si un país nombra un presidente es pa que gobierne, no pa que se meta hasta entre las cobijas de sus compatriotas. Pero claro, como lo que somos es colombianos, pues eso es lo que nos toca. No un primer ministro inglés, una presidenta alemana, no señores, ¡nos toca un patrón paisa! ¿Se imaginan…?
Si un país nombra un presidente es pa que gobierne, no pa que se meta hasta entre las cobijas de sus compatriotas. Pero claro, como lo que somos es colombianos, pues eso es lo que nos toca. No un primer ministro inglés, una presidenta alemana, no señores, ¡nos toca un patrón paisa! ¿Se imaginan…?
Tener un Patrón paisa a cargo de la Jinca significa que se ejerce la diplomacia de los pendencieros y se gobierna con la delicadeza de un Rambo. A ver, pues, que se vengan que hay pa todos, como dicen algunos conductores de buseta cuando algo irritados descienden de su nave, cruceta en mano, dispuestos a reclamar con diplomacia al conductor que le rozó la consentida. O pa que me entiendan… "y si lo veo le voy a dar en la cara, marica".
Eso, lo de dar en la cara y marica, implorando porque ojalá lo estuvieran grabando, (como curiosamente ocurrió) lo dijo nuestro presidente. Díganme si no es una desgracia tener que cargar con la vergüenza de que nuestro estadista sea un hombre de tan finas maneras?
Y con esto apenas comienza la desgracia de ser colombiano. A esta lúgubre situación hay que sumarle el ser compatriota de una cantidad de ministros cuya principal función pareciera ser la de servir de sparring pa que el Patrón les pegue una regañada en vivo y en directo, cada vez que se le antoje. Y ellos, los ministros de los que somos compatriotas, acepten calladitos, mientras uno, del lado de acá del televisor siente una vergüenza ajena que, ¡ay Dios mío!
Ahora lo peor de las desgracias de ser colombiano, según le parece a Sumercé, radica en el mundo de engaños que salen desde la Casa Grande de la Jinca y que los medios de comunicación reproducen y aumentan sin consideración con quienes tenemos que sobrellevar la desgracia de ser colombianos.
Enarbolando la bandera de la farsa se le ha dicho a los compatriotas de Sumercé que la guerrilla de las Farc está acabada, que el patrón la exterminó tal cual lo prometió, pero que toca seguir peliando contra ella porque todavía no está acabada ¿?
Que se ganó la guerra contra el tráfico de cocaína, que ya no se siembra más coca en la patria, pero que necesitamos más ayuda pa poder erradicar el tráfico y siembra de coca ¿?
Que los Falsos Positivos se lo inventaron las mamás pa cobrar por los muchachos ejecutados, y si esa versión no sirve hay otra: que quienes le dispararon a los muchachos son guerrilleros infiltrados en el ejército. Guerrilleros de esos que ya no existen.
Que nuestro único interés consiste en tener las más armoniosas relaciones con los países vecinos, a ver si así avanzan los negocios, el desarrollo del país, pero eso sí siempre que sea necesario bombardear la frontera, mostrar pruebas de cómo países hermanos acogen a subversivos que pertenecen a guerrillas que no existen, pues toca salir a denunciarlos. Sobre todo si apenas quedan 16 días de gobierno, porque es de caballeros dejar allanado el camino de las buenas relaciones al gobierno entrante.
La lista de la suma de desgracias que conlleva ser colombiano parece inacabable, pero para dejar esto en algún punto Sumercé les expresa su más sentida solidaridad por la desgracia de ser colombianos y tener que soportar el tono belicoso y camorrero con el que día y noche nos azuzan, a ver si de una vez por todas nos rompemos la cara, maricas!
Y les manifiesto la solidaridad porque esta es la hora en que no consigo entender cómo después de ocho años de amanecer y anochecer en medio de la agresión nuestra de cada día, seguimos vivos.
¿Cómo es posible que no nos hayamos matado, así por las buenas, los unos a los otros, queridos compatriotas?
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Nota: Falta la constante pelotera con las Cortes, la desautorización a los jueces, la calificación de posibles subversivos a los miembros de las ONGS de Derechos Humanos, la extradición de los Paramilitares porque no cumplían con los acuerdos (lo pactado era que si incumplían pasaban a la justicia ordinaria), la orden de detener a un funcionario en un concejo comunal… Oh, oh… y ni sigo porque va y me rompen la cara, como a una marica!
3 comentarios:
Excelente artículo, como siempre seguiremos pensando en dos patrias
unidas y liberadas por Bolívar. Gisela.
HOLA: no acostumbro a responder este tipo de artículos, los agradezco y los leo si tengo tiempo. Soy defensor de la libertad de opinión y como diría………”NO ESTOY DE ACUERDO CON TUS IDEAS PERO DARIA HASTA MI VIDA POR QUE LAS PUDIERAS EXPRESAR”
No obstante lo anterior quiero decirte que la alusión a Ingrid es terriblemente desafortunada. ESTÁ MONTADA EN UNA LÓGICA QUE NO HACE HONOR A LOS OTOS EJEMPLOS DEL ARTÍCULO.
Panaaaaa, tu si que eres arrecha!!!! MEJOR Y NO ME METO CONTIGO, PERO TE CAMBIO A CHAVEZ POR EL PATRON DE LA JINCA. JAJAJA.
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