Aquí en la Jinca las cosas, pa los que no lo sepan, van así. En primer lugar la Corte Constitucional consideró que el referendo reeleccionista (pa un tercer período del Patrón), estaba lleno de vicios y por eso no podía aceptarlo.
Cómo serán de tenaces las “irregularidades” o vicios de nulidad que contiene la propuesta de hacer un referendo pa reelegir al Patroncito, que lo mejor pa él y pa sus seguidores fue cerrar la boquita. El Patrón, que se hizo el de la oreja mocha durante casi cuatro años respecto al asuntico , de su tercer período aceptó la cosa sin chistar.
Eso piensa Sumercé quien siempre tuvo claritico que el bienamado Patrón moría de ganas por mantener sus carnitas y huesitos en la Casa de Nari. ¿Qué nunca dijo nada públicamente? Hombre, a buen entendedor pocas palabras. ¿Qué tenía que decir sis sus compadres andaban recogiendo jirmas pal referendo y él no decía que NO? ¿Qué tenía que decir si sus discípulos estaban pendientes de la respuesta de la Corte pa ver si se lanzaban al ruedo… o apoyaban la campaña del casi tres veces Patrón?
En fin, que la Corte dijo lo que dijo —asuntos sobre los que Sumercé imagina habrá investigaciones y demás— y el Patrón todo lindito él aceptó sin chistar. Cosa que ahora los analistas políticos le reconocen como una virtud adicional, pues es un Patrón que acepta los fallos de otro Poder democrático. Sumercé no entiende ni poquito por qué ha de ensalzar una actitud que es tan elemental como la de detenerse cuando un semáforo tiene la luz en rojo. Pero bueno, como aquí (en la Jinca) hace años que las cosas funcionan al revés, será aplaudir que el Patrón acepte el fallo de la Corte sin pataleo público.
Las cosas siguieron en este orden, el 26 de febrero la Corte dijo que no al enredo del referendo y enseguida arrancaron en serio las campañas pre-presidenciales. Porque aunque jamás hubiera salido de la boquita del Patrón su deseo de seguir y seguir en el poder, quienes aspiran a enarbolar sus banderas de Seguridá democrática y el resto de bellececes que han marcado nuestro destino en los últimos 7 años y 7 meses, todos sus herederos tenían que esperar a ver si se lanzaban al charco. Resulto el asuntito del enredoreferendo, salimos a votar el 14 de marzo. Já, apenas algo más de 15 días les dio el Patrón con su SILENCIO MUDO, a sus representantes en la jinca pa hacer campaña prepresidencial.
A Noemí no, porque ella en su encantador estilo de voltiarse siempre que se pueda, ya le había dicho a su “Pressssssidente”, que iba a aspirar por la presidencia. A Juan Manuel tampoco le afectó el que las elecciones de senado y consultas partidistas estuvieran tan encima, porque él sabía y sabe que la garantía de que este pueblo lo elija como su nuevo Patrón es mantener la boquita cerrada, mientras menos hable, menos participe en política mejor, hasta va y gana.
Pero a Arias, ex ministro estrella que repartió a lo bien el Agro Ingreso Seguro, a ese sí le jué como a los perritos en misa. Y eso que según las cuentas dizque estuvo a punto de ganarle a Noemí. Sumercé muere de ganas de conocer al millón y pico de electores que tiene Arias, porque según ha podido comprobar no conoce ni a uno. La gente que encuestó, conocidos y no, juraron que preferían votar por Noemí (eso ya es mucho decir) antes que respaldar a Arias. Pero Arias sacó su millón y pico de voticos, vea pues, Patrón, casi casi la pega. Porque si las cosas hubieran quedado entre Arias y Santos, usted podría considerar que su Seguridá Democrática tiene el camino asegurado.
En fin que ya pasó la tempestad y ahora se nos viene encima el vendaval. En 60 días tendremos que elegir un nuevo presidente y según lo que mostraron los espontáneos aplausos con que se recibió la decisión de la Corte Constitucional, parece, parece, que los que no queremos la continuidad de la Seguridá Democrática somos más… así qué, vendrá el vendaval.
Nota muy importante: las elecciones del nuevo Congreso, bien gracias, todo igual. Nada de que preocuparse. Los acusados, condenados, en proceso y etc., por parapolítica, siguen en la jugada. Así que todos tranquilos y a votar, como les indicó el Patrón en su momento a los congresistas vinculados a la Parapolítica: a votar mientras puedan.
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